Podemos, provincia de Almería
Lo que está ocurriendo en la Diputación de Almería no es un “caso aislado”: es una vergüenza estructural. Durante años, mientras la ciudadanía peleaba por llegar a fin de mes, una élite del PP convertía la institución en un chiringuito para amigos, familiares y comisionistas. Y hoy, gracias al trabajo de la UCO y de la justicia, ese edificio de impunidad empieza a resquebrajarse.
Desde 2017 ya se veía la podredumbre: contratos menores repetidos, empresas vinculadas a amistades políticas y un vicepresidente —Óscar Liria— moviendo hilos para beneficiar a los mismos de siempre. Luego llegó lo más indignante: la pandemia, el momento más duro de la historia reciente, convertido en un escaparate para el negocio fácil. Más de dos millones adjudicados por emergencia y, según la investigación, un carrusel de transferencias, comisiones y desvíos que jamás debieron salir del bolsillo público.
Hoy están detenidos el presidente, el vicepresidente y un alcalde de esa red familiar que —según los autos judiciales— pudo beneficiarse de contratos y comisiones. Y aún hay quien pretende escurrir el bulto, como si fuera normal que caiga la cúpula de una Diputación mientras el PP insiste en que “no sabía nada”.
Almería no puede seguir gobernada por quienes tratan la institución como un cortijo. Llevamos años diciéndolo desde Podemos, en la calle, con la gente, y nos llamaron exagerados. Pues aquí está la realidad: autos judiciales, detenciones y una investigación que crece cada día.
Decimos algo muy simple: que no quede ni un centímetro sin investigar; que caiga quien tenga que caer; que la UCO trabaje sin interferencias. Porque Almería se merece una Diputación limpia, no una máquina de favores y comisiones. Y desde Podemos —con nuestro portavoz provincial Josemi Ramos— vamos a seguir empujando hasta desmantelar por completo esta trama. Hasta el final. Y sin miedo.
