Las motos de agua serán por fin prohibidas en el Parque Natural de Cabo de Gata, tras años de protestas vecinales

Moto naútica
Cabo de Gata
Después de años de quejas, denuncias públicas y reclamaciones vecinales, las motos de agua dejarán de circular por las aguas del Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. La Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente ultima ya la publicación en el BOJA de la resolución que restringe definitivamente este tipo de navegación en las 12.000 hectáreas de superficie marina protegida, una franja de una milla náutica de anchura (1.852 metros) a lo largo del litoral.

Se trata de una medida largamente esperada por los vecinos de los pueblos del Parque Natural, que desde hace años venían alertando de los riesgos para la seguridad de los bañistas, el impacto ambiental y las molestias por ruido que generan estas embarcaciones. Muchos se preguntan ahora cómo ha sido posible que esta práctica se haya mantenido permitida durante décadas, incluso desde la propia constitución del Parque Natural.

La restricción ha sido analizada y debatida durante el último año en los órganos de participación del espacio protegido, tanto en la Comisión de Socioeconomía y Turismo como en el pleno de la Junta Rectora del Parque, celebrados el pasado 23 de abril y el 13 de junio. Con su entrada en vigor, Cabo de Gata se sumará así a otros espacios naturales andaluces donde ya está prohibido el uso de motos acuáticas, como el Paraje Natural de Maro-Cerro Gordo.

Una reivindicación histórica de los pueblos del Parque

La Coordinadora de Asociaciones Vecinales de los Pueblos de Cabo de Gata, junto a la asociación ecologista Amigos del Parque Natural, presentó en estas reuniones un amplio documento en el que se calificaba a las motos de agua como la actividad que mayor rechazo social genera en el litoral del Parque y una de las más dañinas para el entorno.

En el texto se advertía de que, aunque no es la única actividad problemática, las motos náuticas concentran buena parte de las molestias por su ruido, su elevada velocidad y el incumplimiento generalizado de los límites de navegación permitidos. Las asociaciones reclamaban no solo más restricciones, sino su prohibición total en las zonas más sensibles del espacio protegido.

Carmen Fernández Peña, presidenta de la Asociación Vecinal de San José y El Pozo de los Frailes, ha valorado de forma muy positiva la decisión:
“Es lo lógico y lo coherente. Las motos de agua son completamente incompatibles con un Parque Natural marítimo-terrestre. Llevamos muchos años pidiendo algo que, sinceramente, nunca debería haberse permitido”.

Por su parte Julián Vera Sánchez, presidente de Amigos del Parque ha declarado a La Crónica del Parque: «Desde Amigos del Parque aplaudimos esta iniciativa. Toda medida para mayor protección de la franja marina del Parque Natural es bienvenida. El impacto ecológico que generan las motos de agua es evidente. Originan contaminación acústica que molesta a turistas y vecinos. Pueden ocasionar daño a ecosistemas de flora y fauna. Contaminan el entorno marino ya que liberan aceite y combustible. En este sentido su prohibición ayudará a proteger las praderas de fanerógamas marinas. Suponen un riesgo para los bañistas ya que es muy común que invadan zonas de baño. Tenemos seis reservas integrales en la franja marítima del Cabo de Gata. Yo mismo he visto en contadas ocasiones como las invaden a alta velocidad y a veces acceden a zonas protegidas. En resumidas cuentas: MAYOR PROTECCIÓN = MAYOR CONSERVACIÓN».

Seguridad, tranquilidad y protección del medio marino

Desde la Delegación territorial de Sostenibilidad también se insiste en los riesgos que conlleva este tipo de navegación. El delegado provincial, Manuel de la Torre, ha subrayado que «el litoral del Parque Natural no es un espacio apropiado para las motos de agua», ya que la contaminación acústica afecta a la fauna marina, molesta a los visitantes que buscan un entorno tranquilo y supone un riesgo real de colisiones por las altas velocidades que alcanzan.

Por su parte, el director conservador del Parque Natural, Salvador Parra, explica que esta decisión forma parte de una estrategia más amplia para ordenar los usos del litoral: “Se trata de hacer compatibles las actividades turísticas con la conservación de los valores ecológicos y paisajísticos del Parque, que es, al fin y al cabo, su principal riqueza”.

Con esta decisión, el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar da un paso importante en la protección de su frágil ecosistema marino y responde, por fin, a una de las demandas vecinales más persistentes de los últimos años. Una medida que muchos consideran tan necesaria como tardía.



Compártelo

No te pierdas ninguna noticia. Suscríbete a nuestro canal de Whatsapp.



Más noticias de Cabo de Gata



Lo más leído de la semana

Compártelo

La Crónica del Parque, una comunicación independiente, plural, objetiva, útil e interesante para todos nuestros lectores y lectoras.