La violencia vicaria —la que ejerce un agresor para dañar emocionalmente a una mujer a través de terceros— ha adquirido una nueva dimensión en España tras un caso ocurrido en Las Palmas de Gran Canaria. Allí, un hombre fue condenado a un año de prisión por matar al cachorro de su pareja, arrojándolo por un risco. La Justicia entendió que no se trataba solo de maltrato animal, sino de una forma de violencia machista dirigida a quebrar psicológicamente a la mujer a través del daño infligido a un ser querido.
Este caso abrió un precedente: por primera vez, un tribunal reconoció que los animales de compañía forman parte del entorno emocional de las víctimas y que su agresión puede convertirse en un instrumento de control y sometimiento.
A raíz de este precedente, la Coordinadora de Profesionales por la Prevención de Abusos (CoPPA) ha presentado varias propuestas al Gobierno para que la futura Ley Orgánica sobre violencia vicaria incluya de manera explícita los casos en los que un agresor amenaza, maltrata o mata a animales con el fin de dañar a la víctima.
“Es urgente que la ley reconozca estas conductas”, explica la entidad, recordando que esta práctica es “más habitual de lo que se piensa” y que genera un sufrimiento profundo en las mujeres afectadas. Las enmiendas presentadas han sido elaboradas por especialistas en derecho, psicología y violencia de género.
¿Por qué afecta tanto a las víctimas?
CoPPA destaca que muchas mujeres encuentran en sus animales de compañía un apoyo emocional imprescindible. Cuando un agresor amenaza o daña a uno de estos animales:
- genera miedo e intimidación,
- destruye una fuente de apoyo afectivo,
- refuerza el control sobre la víctima.
“Esto no es solo un daño hacia el animal, sino un impacto directo en la víctima”, subrayan. La organización ha recopilado esta evidencia en un informe que relaciona la violencia de género con el maltrato animal, una conexión que estudios internacionales también han documentado.
Entre las medidas que propone CoPPA se encuentran:
- modificar leyes como la de Violencia de Género, el Código Penal o la Ley de Enjuiciamiento Criminal,
- incluir en las estadísticas oficiales los casos en los que animales sean asesinados o maltratados en un contexto de violencia machista,
- ampliar las órdenes de protección para que los animales de la víctima también queden protegidos legalmente,
- incorporar la perspectiva del maltrato animal en la formación de jueces y fiscales.
La entidad recuerda que países como Estados Unidos, Reino Unido o Australia ya contemplan esta dimensión en sus leyes de violencia doméstica.
CoPPA lleva más de una década trabajando en este ámbito y sostiene que este tipo de violencia, aunque poco conocida, es frecuente y extremadamente dañina. Su objetivo es que el marco legal español reconozca por completo el papel que los animales pueden desempeñar en la dinámica de control del agresor.
La propuesta, aseguran, no solo protege a los animales, sino que fortalece la protección integral de las mujeres que sufren violencia de género.
