Ocurrió a pocos kilómetros de la provincia de Almería y esta vez no fue una acción organizada por las organizaciones de extrema derecha. Ocurrió el pasado domingo en la playa de Castell de Ferro, en la Costa Tropical de Granada y estuvo protagonizada por «bañistas de bien».
Estos fueron los hechos: Llegó una patera con una docena de migrantes marroquíes, que se lanzaron al mar desde la embarcación. Al llegar a tierra, agotados después de hacer esa travesía del infierno, numerosos bañistas, de forma espontánea, se lanzaron a una nueva cacería del migrante, agarrándoles y placándoles para entregarlos a la Guardia Civil, que ya se encontraba en la playa.
Las leyes españolas no contemplan la entrada ilegal en nuestro país como un delito, sino sólo como una infracción de carácter administrativo. En consecuencia, las detenciones realizadas por particulares si que pueden constituir carácter de delito, además de poner de manifiesto una miseria moral sin precedentes en nuestro país. Si es una obligación para la Guardia Civil, que tiene el deber de identificarles y hacer los trámites que proceden. Desgraciadamente, parece que las ideas ultras y falta de humanidad se extienden por nuestro país.







