Una investigación de la Universidad Estatal de Ohio (Estados Unidos), publicada en “Environmental Research”, señala que vivir cerca del mar alarga la esperanza de vida, entre otros beneficios consecuencia principalmente de las favorables condiciones que ofrecen estas zonas costeras debido a sus temperaturas.
Ignoro si el estudio de los prestigiosos científicos norteamericanos incluyen las aguas que bañan las playas incomparables de Cabo de Gata-Níjar, pues las que baten actualmente en San José lo hacen revueltas y contaminadas, y sus beneficios bien distintos a los que nos descubre la indagación universitaria.
La celebración de las fiestas de esta población nijareña -la “capital” del parque en opinión de su Ayuntamiento- ha desatado una trifulca entre el vecindario que han convertido las redes sociales en un patio de vecindad que pará sí quisieran los guionistas de “Aquí no hay quien viva”. En efecto, la ubicación, horarios, ruidos, suciedad… que ha propiciado esta festividad ha desatado una ola de indignación entre una parte de sus vecinos acerca de la conveniencia de su celebración.
Las fiestas patronales constituyen un momento relevante en la vida de muchas localidades españolas y las de San José y otras poblaciones aledañas no son una excepción. Mas el jubilo y algarabía que impregnan sus calles y plazas durante su desarrollo se han visto opacadas, y no es el primer año, por algunos problemas que afectan a la convivencia. Una situación que ha generado crispación entre las personas residentes, especialmente las más próximas al recinto ferial, debido a unos niveles de ruido y suciedad que superan los limites tolerables. Factores, ambos, que obstaculizan el necesario descanso además de propiciar el deterioro del espacio público.
Una división vecinal inoportuna que limita la capacidad de la comunidad para articular demandas unificadas y ejercer presión colectiva sobre las autoridades locales, encantadas de una desavenencia que les permite seguir ejerciendo su administración como les plazca. Mucho mejor en contextos de tensión social donde con la fragmentación de la voz ciudadana resulta más difícil articular protestas o propuestas que exijan compromisos concretos a sus gobernantes.
La celebración de tradiciones como la de San José debe ir acompañada de un compromiso claro con el bienestar de la comunidad y el respeto al espacio público. En efecto, por eso se hace más necesario que se articulen fórmulas de convivencia entre la Administración local y una comunidad unida, para que juntas aporten soluciones a través de la colaboración y el dialogo imprescindible, y estas fiestas patronales sigan siendo motivo de alegría y no fuente de conflicto y división.
