La sanidad privada en España está en auge y los andaluces entre sus mejores clientes. Un apogeo cada vez mayor que ya protege a la cuarta parte de su población, según el Observatorio del Sector Sanitario Privado 2025 publicado por el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Fundación IDIS).
Un incremento progresivo de contratación del seguro privado de salud en Andalucía consecuencia de la imagen que tienen sus suscriptores de una sanidad pública desbaratada, con una infrafinanciación crónica, una atención primaria y hospitalaria al borde del colapso, y un aumento considerable de las listas de espera tanto para consultas como para intervenciones quirúrgicas.
Una situación, en definitiva, que deteriora aún más la percepción de la ciudadanía sobre la eficacia y calidad de su sanidad pública. Un caos que se ha convertido también en una preocupación creciente entre los profesionales del sector ante la falta de medios, plantillas mermadas y carencia de financiación.
Un menoscabo del sistema sanitario de esta tierra al que acaba de sumarse el escándalo del cribado de las mamografías, pacientes que no fueros avisadas de los resultados, provocando incluso la muerte de alguna de ellas, según los testimonios recogidos. Otra desgracia más ocasionada por un Sistema Andaluz de Salud (SAS) que con su actitud no hace más que impulsar cada vez más la contratación de un seguro privado de salud con su presidente, Juanma Moreno, como principal instigador del procedimiento.
Un modelo de atención en el que los ciudadanos de este tierra están cada vez más instalados, obligados a contratar por el caos actual de la asistencia sanitaria que reciben. Una lamentable situación que, desde luego, no puede soslayar el valor y la importancia que la sanidad pública sigue teniendo para nuestra sociedad, buque insignia de su estado del bienestar y garante del acceso universal y gratuito para la población. Particularidades, sin embargo, bien distintas al desconcierto por el que actualmente atraviesa la sanidad pública andaluza y les toca sufrir a sus ciudadanos.
