El último barómetro trimestral del año de la Fundación de Estudios Andaluces (CENTRA) publicado esta semana, una especie de CIS autonómico, pronostica que el PP en Andalucía podía perder la mayoría absoluta y no precisamente a manos del PSOE de María Jesús Montero, que la encuesta otorga el peor resultado de la historia en la Comunidad para los socialistas.
Se trata de VOX, que CENTRA le sitúa cuatro puntos más que en los anteriores comicios, entre 19-22 escaños frente a los 14 actuales, y pisando los talones al PSOE a tan sólo 3.9 puntos de distancia. Una irrupción que en absoluto sorprende a las vista de los sondeos que se van conociendo en otros territorios.
La situación política en Andalucía ante una posible pérdida de mayoría absoluta del PP si hoy se celebrasen las elecciones viene marcada por la preocupación social acerca de temas como la sanidad, el paro y el acceso a la vivienda. Así lo han mostrado con determinación los andaluces en los últimos meses, agravado también por la crisis de los cribados y la presunta corrupción en la Diputación de Almería. Una inquietud que también puede influir en la ciudadanía a la hora de configurar el futuro gobierno municipal más cercano. Como en Níjar, donde lo que precisamente pretende evitar Moreno Bonilla para Andalucía, gobernar en coalición con VOX, es el procedimiento en esta tierra incluso, por la tendencia actual, con unas perspectivas que se inclinan a una mayor presencia del partido de ultraderecha en el próximo Gobierno municipal de la Villa.
Una coalición de Gobierno que no da síntomas de desgaste ni falta de entendimiento – su única y decisiva concejal y teniente alcalde de la Corporación se encuentra cómodamente situada al frente del área de turismo- y contra la que muy poco puede hacer una oposición sumida en un letargo institucional que se prolonga en el tiempo. Un PSOE que, no obstante, podría contar en un futuro con alguna incipiente formación de izquierdas. Sin embargo, la proliferación y fragmentación estructural por la que actualmente atraviesan estos partidos, con sonadas divisiones ideológicas y estratégicas, debilita sobremanera cualquier capacidad de gobierno además de materializar posibles coaliciones electorales con otras formaciones.
Una mayor participación de VOX en el futuro Gobierno municipal de Níjar podrían suponer cambios significativos en las políticas sociales, especialmente en seguridad, restrictivas en materia de inmigración y convivencia, y también de gestión de recursos municipales. Una capacidad para influir en la agenda política nijareña que, en definitiva, será proporcional al peso que en el pleno municipal determinen los nijareños en las urnas.
