Documentan las ONG y el Servicio Jesuita de Migrantes que actúan en la comarca que en el municipio de Níjar existen más de 40 asentamientos irregulares distribuidos por todo su territorio. Infraviviendas diseminadas que dan cobijo a más de 3.000 personas inmigrantes, de las que unas 300 son niños menores de 14 años.
Unas cifras solo aproximadas pues no existe censo oficial, tan sólo las aportadas por estas organizaciones. “Viven como animales”, denunció en su día el relator especial sobre la extrema pobreza de la ONU, Philip Alston, en una visita a diversos asentamientos de temporeros inmigrantes en Andalucía.
No existen reparaciones fáciles para problemas tan complejos como este -y la xenofobia alimentada por la ultraderecha jamás es una solución- pero iniciativas como la propuesta por el Área de Municipio Activo y Juventud del Ayuntamiento de Níjar, presidida por el concejal Rafael Nieto, merece generales elogios. Una propuesta municipal que, a buen seguro, no pasará desapercibida por la sociedad de esta comarca almeriense, gracias también a la labor encomiable que realiza la Red Municipal del Voluntariado nijareño, una organización que cuenta con más de 200 voluntarios de entre 14 y 30 años.
Como en ediciones anteriores, esta área municipal ha organizado la Tercera Gran Recogida Solidaria con el fin de recolectar material de primera necesidad (alimentos no perecederos, ropa, productos de higiene, y material escolar) para las familias más necesitadas de Níjar. Residentes, principalmente, en asentamientos chabolistas dentro de este paraje donde viven en condiciones indignas e infrahumanas.
La generosidad que caracteriza a los nijareños, como así pone de relieve el concejal Nieto en su instancia, tiene ante sí con estas donaciones la oportunidad de mostrar su solidaridad y apoyo hacia quien llegan hasta estas tierras en busca de una vida mejor. Una sociedad que promueva los valores de inclusión y convivencia que toda Comunidad requiere, reforzando así la participación de una colectividad más justa y cohesionada, en donde el inmigrante pueda sentirse acogido y apoyado.
