Un Plan Director para la rehabilitación de El Cortijo del Fraile

El Cortijo del Fraile
Opinión
El autor de este artículo de opinión

Carmen F. Peña

El 25 de julio de 2025 tuve el honor de ser invitada a la “Jornada de Participación Social en el marco del Plan Director para la rehabilitación, puesta en uso y valorización social del Cortijo del Fraile, promovido por la Diputación de Almería en la Sala de Exposiciones de la Oficina del Parque Natural, en Rodalquilar. Un espacio de diálogo donde compartir ideas y construir propuestas en conjunto sobre diferentes aspectos que afectan al Cortijo del Fraile. La jornada estará llena de mesas participativas, intercambio de experiencias y sensibilidades y, por supuesto, buena compañía”.

La asistencia y participación fue variada y variopinta, desde expertos de altísimo nivel hasta vecinas y vecinos, trabajadores del turismo, representantes de asociaciones, gestores culturales y muchas personas que habitamos el territorio. Para mí fue un honor la invitación a la “mesa socioeconómica y turística”.

Hablamos de tres siglos de historia de un edificio rodeado, aparentemente, de naturaleza pura y realmente, de tierras cianuradas con pozos abiertos y fuertemente contaminadas con plástico por la agricultura intensiva.  Hablamos de modos de vida olvidados y de la cuna de Carmen de Burgos, historia de la vida de los habitantes de esta tierra que acudieron a recoger las naranjas que flotaban en la orilla del Playazo tras un naufragio, mujeres y niños bajo la atenta mirada de los carabineros. Aquella mujer insigne, periodista, escritora y precursora de la primera ley de divorcio en las Cortes que tantos años fuera silenciada y que de nuevo se verá eclipsada por el Lorca universal.

Hablamos también de un drama en Níjar que, si bien noveló Lorca en Bodas de Sangre tras leer una noticia en el diario y también Carmen de Burgos en su impresionante novela Puñal de Claveles, conocemos los habitantes de esta tierra a través de los descendientes de Paca y los hijos y nietos de Casimiro, aquel novio no querido al que tantas personas hemos conocido. Y hablamos de cómo nos contaron también los mayores que habitaron aquel cortijo, como era la vida entonces allí, mayores que nos han ido dejando y que tuvieron el privilegio de vivir y trabajar en el Cortijo, mientras mujeres y hombres llamaban a sus puertas pidiendo un puñado de harina para hacer un pan a sus hijos

Y podríamos hablar de cómo hemos visto su capilla, sus suelos, sus criptas y después como todo iba siendo expoliado, destrozado, cómo empezaban a colapsar y caer algunos techos, como tras años de visitas, reuniones, homenajes, celebraciones reivindicativas y festivas, señalizaciones cinematográficas, proyecciones y lecturas junto a las ruinas de lo que fue, el tiempo se fue cebando hasta con su insigne palmera que cayó en la plaga del picudo rojo. Y finalmente el vallado y por fin un propósito de reconstrucción.

Y ahora va a ser una realidad que vuelva a existir, que se recupere el Cortijo tras la compra del inmueble por parte de la Diputación. Para ello se ha iniciado un Plan director y se han convocado mesas participativas con diferentes expertos, profesionales y asociaciones del territorio. Una mañana para la puesta en común de ideas, necesidades, propuestas y en definitiva el tratamiento de todo lo que rodea este lugar emblemático en medio de una naturaleza en la que aún se ve el cielo por la noche, en la que aún se oye el silencio por la tarde, en la que resuena el eco del ganado, de los caballos a la carrera del western y es parada de curiosos senderistas que se dirigen al Barranco Requena.

Personalmente, del pasado recuerdo tres momentos que trascienden lo personal:

  • El primero cuando las nietas de Casimiro con un grupo de teatro de San José organizaron un encuentro, en el que cocinamos un arroz y nos leyeron, para después ofrecernos a cada uno una copia dedicada por ellas, el Romance Popular del Crimen de Níjar.
  • El segundo cuando nos unimos a un grupo de lectores guiados por Miguel Naveros desde la biblioteca Villaespesa y acompañando a Joan Margerit, hasta los muros del Cortijo para escucharle leer sus poemas.
  • Y el tercero, después de otros cuantos acontecimientos antecediendo e intercalando todos ellos, cuando organicé desde el Ayuntamiento la proyección de “El Bueno, el Feo y el Malo”. Aquella noche que se llenó de sillas de playa, contra un viento que arreciaba y levantaba el polvo de las películas de vaqueros, de quienes habían vivido aquellos rodajes en primera persona como protagonistas, figurantes, ayudantes u hospedadores, vecinos de Los Albaricoques otros emigrados hacía tiempo, para ver de nuevo un largo que duraba tres horas bajo un cielo como pocos he visto.

Hacia el futuro ha sido increíble poder participar en la mesa socioeconómica y turística del encuentro participativo. Ha habido una contextualización importante en la actualidad en la que se ha hablado no sólo de la reconstrucción y el posible fin de las instalaciones que ofrecerá el edificio reconstruido. También se ha analizado la situación de nuestro municipio, la necesidad de vivienda para trabajadores y para habitantes, la necesidad de formación profesional para la juventud que reside en la zona industrial agrícola y trabaja en la zona turística-costera, la necesidad de que el turismo además de sostenible empiece a ser sostenido.

La participación de arquitectos expertos en el modelo de construcción mediterránea -tenemos todos los modelos de construcción mediterránea en esta tierra, desde un palacio renacentista también cayéndose como la Torre de los Alumbres hasta la construcción militar de las defensas costeras-, han dejado su impronta resaltando la importancia de aprender de la arquitectura mediterránea y reconstruir poniendo en valor las técnicas que hacen posible utilizar los elementos y métodos que han permitido que algunos de sus muros permanezcan en pie tras estos trescientos años, con el abandono y expolio del último siglo.

Si bien en las mesas participativas y en la puesta en común ha habido propuestas de todo tipo, se ha coincidido totalmente en que se gestione, se atienda, se utilice, se abra, se vigile, se mantenga vivo y sea un recurso para visitantes, pero también y durante todo el año para los habitantes. Que tenga un efecto como recurso desestacionalizador y también sociocultural. Para ello el esfuerzo de hacer un Plan director, para ello el esfuerzo de recabar opinión e información. Para ello la participación no sólo en esta jornada, también antes y durante mediante una ventana abierta a la participación ciudadana en elcortijodelfraile.es

Personalmente elevo dos propuestas, la primera que no se obvie como ha hecho la historia tantos años la persona y la obra de nuestra insigne vecina de Rodalquilar Carmen de Burgos, que es un fiel reflejo de la vida en esta tierra,   para primar el atractivo mediático de un Lorca ya universal y la segunda, que no se ilumine y entorpezca la visión de la cúpula celeste en el Cortijo del Fraile, donde he visto varias veces la Vía Láctea en todo su esplendor galáctico, un atractivo sin igual.

Todo mi agradecimiento por haberme invitado a participar en estas mesas, toda mi alegría porque el Cortijo del Fraile sea recuperado y toda mi disposición a poner un granito de arena o una gota de agua en el océano, en semejante y faraónica tarea.

“Llevo años imaginando el Cortijo del Fraile y me he encontrado con el paisaje como lo soñé” (Ian Gibson, 1998).



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